Crítica: Balada triste de trompeta (2010)

 

 

Por Repolocho

Título original: Balada triste de trompeta

 

Dirección: Álex de la Iglesia

 

Guión: Álex de la Iglesia (yo me lo guiso... pero no me lo como, que estoy a dieta)

 

Intérpretes: Carlos Areces (Javier, el payaso triste), Antonio de la Torre (Sergio, el payaso tonto), Carolina Banga (Natalia, la trapecista), Manuel Tallafé (Ramiro), Gracia Olayo (Sonsoles, la señora de los perros), Enrique Villén (Andrés, el marido de la susodicha), Alejandro Tejerías (el simpático "motorista fantasma"), Manuel Tejada (el apocado jefe del circo), Santiago Segura (el payaso tonto, padre de Javier), Fernando Guillén Cuervo (el capitán miliciano), Fran Perea (joven soldado nacional), Sancho Gracia (el Coronel Salcedo), Luis Varela (el veterinario), Terele Pávez (Dolores, la agresiva mujer del veterinario), Juan Viadas (Francisco Franco, ya abuelete).

 

Crítica

 

Quédense con la siguiente expresión: manda huevos. Y os preguntaréis porqué. De acuerdo, os lo aclaro enseguida. Leed con atención.

 

Imaginad que tenéis una buena idea para una película, que podéis contar con buenos actores, medios suficientes, dinero, y que, además, sois admirados por el mismísimo Quentin Tarantino. Qué menos que llevar a cabo el proyecto de la mejor manera posible, ¿no? Pues esto es precisamente lo que NO ha hecho Álex de la Iglesia. Manda huevos.

 

"Balada triste de trompeta" podría haber sido una grandísima película romántico-bélica sobre el período histórico de la Guerra Civil Española y la dictadura franquista, podría haber sido una gran reflexión sobre la idea de las "dos Españas" que luchan entre sí, podría haber sido la gran revelación de este año que llega a su fin... pero, inexplicablemente, se queda por el camino.

Con un arranque espectacular y una fuerza visual de agarrarse a la butaca, de la Iglesia nos sitúa en plena Guerra Civil, cuando un payaso de buen corazón (Santiago Segura) es reclutado súbitamente junto con todos sus compañeros del circo para luchar en el bando republicano. Tras una encarnizada batalla magistralmente rodada y unos títulos de crédito dignos de mención, el espectador se sumerge en la vida de este payaso y de su triste hijo Javier (interpretado por mi querido Carlos Areces) en los años posteriores a la guerra y el comienzo de la dictadura de Franco. Hasta ahí yo me estaba relamiendo y disfrutando como una niña con el poderío de las imágenes, la ternura y tristeza de la historia, la interpretación de Segura, que está que se sale... pero, de pronto, la película comienza a perder fuelle demasiado deprisa.

 

Una elipsis temporal nos sitúa ya en 1973 y nos muestra a Javier como un joven apocado que entra a trabajar en el circo como payaso triste, el que ha de reír las gracias al payaso tonto. Sin embargo, éste no es como Javier esperaba; a pesar de adorar a los niños, Sergio, el payaso tonto de este circo, es un hombre extremadamente violento, cruel y narcisista que, para colmo, sale con la bella trapecista Natalia. Ambos lucharán por su amor hasta límites insospechados, llegando incluso a la propia autodestrucción. Es aquí donde toda la historia se desmorona. Lejos queda ya la fuerza visual del principio, basada ahora en movimientos de cámara innecesariamente rápidos, y la interpretación de Carolina Bang como Natalia es deplorable. A pesar de su indiscutible belleza, es una actriz pésima, estática, sosa y con una dicción que roza lo insoportable (por dios, deberían haberla doblado porque su pronunciación de las "eses" como si fueran medio "zetas" resulta irritante). Pero claro, si te tiras al director tienes el camino abierto, ¿verdad? Manda huevos.

 

Carlos Areces, por su parte, mantiene el tipo como puede. Después de todo lo que se deja hacer ese pobre hombre (que se pasa media película corriendo en pelotas) yo creo que tiene ganadas dos parcelas en el Paraíso. Qué fácil es reírse del pobre personaje del gordito triste. Pues creo recordar que hasta hace bien poco don Álex de la Iglesia también era un orondo muchachuelo con un poco de complejo... menos mal que ahora Carolina le tiene a dieta para que esté sanito y súper fashion. Manda huevos.

 

Antonio de la Torre tampoco está mal del todo, pero llega a un punto en que resulta cargante y roza el histrionismo. El resto del elenco es más o menos simpático (sobre todo el "motorista fantasma", que a mí me llegó al corazón de lo tiernuco que es), aunque hay momentos en los que llama la atención su falta de participación, se quedan quietos, no hacen nada. En mi opinión, creo que actuar junto a Carolina Bang baja 3 puntos de carisma a cualquiera.

 

En resumen, "Balada triste de trompeta" no llega ni a la suela de los zapatos a otras grandes películas de Álex como "El día de la Bestia" o "La comunidad" y a pesar de que conserva el dinamismo y el humor negro característicos del director, los exagera demasiado dejando un producto excesivo, caótico y sin sentido. Ni siquiera el mensaje que quiere transmitir sobre los dos bandos (personificados en Javier y Sergio) que luchan por conseguir España (la bella Natalia) es lo suficientemente profundo como para llegar a conmover ni un poquito la conciencia del espectador.

 

Y me da igual lo que opine don Quentin Tarantino (¡sangre y tetas, maravillosa combinación!). Por mí, como si la considera la película del año. Se ha lucido usted, Álex de la Iglesia. MANDA HUEVOS.

 

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Comentarios: 3
  • #1

    HoJu (miércoles, 29 diciembre 2010 17:29)

    ¿Sangre y tetas? No esperaba menos... aunque a lo mejor más sí.

  • #2

    Repolocho (domingo, 02 enero 2011 13:43)

    Sorprendentemente son sólo tetas en escote. No hay tetas, tetas. Aparte, la historia de "amor" es una chufa.

  • #3

    John Karra (domingo, 02 enero 2011 22:20)

    Pues era una de las pocas películas en cartel que me apetecía ver. Siguiendo tu consejo, no me gastaré el dinero, pero quizá la vea en casa aunque sea por la curiosidad, porque igual que a ti, lo poco que había visto de Álex de la Iglesia me había gustado y la estética de los anuncios me atraía mucho. Habrá que ver.