Crítica: Los mundos de Coraline (2009)

 

Por John Karra

Título original: Coraline

 

Dirección: Henry Selick

 

Guión: Henry Selick, Neil Gaiman (autor del cuento original).

 

Intérpretes: Dakota Fanning, Teri Hatcher, John Hodgman, Keith David, Robert Bailey Jr., Ian McShane, Jennifer Saunders, Dawn French.

 

El hecho de que el mayor reclamo de esta película sea el subtítulo ‘del director de “Pesadilla Antes de Navidad”’ dice bastante de lo que cabe de esperar de esta cinta de animación. Si bien es cierto que Henry Selick comparte raíces con el maestro Burton como animador explotado por la Disney y ha dirigido dos de sus películas, no tiene nada que ver con él aquí; pero esto, para quienes desconocían tales datos, era un reclamo efectivo al dar a entender que “el tío ese de pesadilla” ha vuelto a hacer otra de esas de stop-motion. No sé si Henry Selick atrajo la atención de Burton por compartir ese estilo dulcemente tenebroso o es que Selick efectivamente bebe mucho de mi predilecto. “Los Mundos de Coraline” es, en efecto, un cuento infantil pero siniestro, aunque a poco que se conozca la obra de animación del tío Tim (no confundir con TIM) cualquiera ve la diferencia desde el comienzo de la película. A pesar de haber utilizado de nuevo la animación de figuras creo que se han metido más con algo de ordenador, porque el movimiento es diferente, algo más fluido; la estética de la película da la sensación de estar viendo en realidad un corto independiente de animación, lo que le da cierto encanto. Y es que la historia tampoco daba para mucho más, pero las escenas son demasiado pausadas para ser un largometraje dirigido a un público tan joven. A mí, al menos, me ha aburrido.

 

Otro de los recursos utilizados es el doblaje por parte de famosas: Teri Hatcher (quien pasó de Lois Lane a mujer desesperada) y la ya no tan niña Dakota Fanning; no soy partidaria del doblaje por voces no profesionales, y estas son mediocres por lo que he podido comprobar (en la versión en castellano no la han cagado con famosetes como en otras ocasiones y han optado por un doblaje con algunas voces familiares). De nuevo una banda sonora liderada por inquietantes coros infantiles y compuesta por Bruno Coulais, pero que no le llega ni a la altura del zapato a trabajos anteriores como “Los Chicos del Coro”.

 

Hasta aquí, todo claro: el denominador común es el ambiente infantil y dulce pero tenebroso. Pero hay una diferencia; en las obras de Tim Burton los protagonistas son monstruos incomprendidos que no hacen daño (al menos, no a propósito) y a los que se coge cariño. Aquí los monstruos realmente dan miedo; no es un cuento de criaturas extrañamente entrañables, sino que de lo que aquí se trata en realidad es de asustar a los niños desagradecidos para que aprendan a querer a sus papás. Coraline es una niña que se muda a una casita en el monte; sus padres se pasan el día trabajando y no le hacen caso, y además en toda la zona solamente hay un niño que resulta ser un tocahuevos, así que la chiquilla se aburre hasta que se pone a explorar y encuentra dónde vivir como en verdad le gustaría. Pero, como dice el subtítulo, “Ten cuidado con lo que deseas”. Hay pasteles, flores, bichos, fantasmas y marionetas con botones. El mensaje que pueden sacar los niños es que no existe la familia perfecta, pero aún así hay que querer y dejarse querer. Cuánto han cambiado las moralejas de los cuentos y las películas desde aquellos tiempos en que a las niñas se nos pintaba un futuro feliz a partir de un braguetazo, ¿no?


 

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Comentarios: 2
  • #1

    Repolocho (martes, 25 mayo 2010 10:37)

    La había leído cuando la colgaste, pero se me olvidó preguntarte... entonces, te decepcionó, por lo que veo, ¿no? ¿O simplemente te dejó indiferente? Es que quería verla con el Troll, pero con este panorama no sé yo.

  • #2

    John Karra (viernes, 28 mayo 2010 09:46)

    No me decepcionó porque no esperaba gran cosa, me aburrí pero tampoco es que sea una gran pérdida de tiempo si tienes curiosidad... ya te digo, es como ver uno de esos cortos de animación sólo que de hora y media.