Bear Grylls, el último superviviente

Bear Grylls es el nombre de este extraño omnívoro, aunque también es conocido como "Oso Grill", "El útimo superviviente" (¿Insinúa que todos los demás han muerto?), "El cerdo que se lleva todo a la boca", o simplemente, "Estafador".

 

No nos hagamos ilusiones, este tio no es ningún mito en lo que a supervivencia o ingenio se refiere... el equipo de "dos cámaras" que siempre le acompaña está compuesto por el director, el productor, tres médicos, seis marines, dos maestros jedi, tres cochobos y tres guionistas, (y algún que otro esclavo) porque después de todo, es un programa que debe vender. Su contrato se cerró mediante la siguiente negociación: "Tú, ¿por cuánto dinero comerías caca?". Puede que no sea buen superviviente o buen estafador, lo que sí está claro, es que es un gran marrano con agallas. 

 

Pero no quitemos importancia a la labor que este hombre hace a la humanidad; trataremos de analizar la estructura de sus programas paso por paso...

 

Paso número uno: llegar al lugar donde se cometerán los crímenes a la naturaleza que hacen de este programa todo un éxito. Para ello se tirará de helicóptero o bien en paracaídas... lo que no sabemos es cómo llega el resto de las veintiseis personas del equipo. Esto tiene menor complicación cuando sobrevive en la jungla que hay detrás del hotel donde se hospeda, porque además pueden enviarle los bocatas de chopped para reponer fuerzas cuando apagan las cámaras.

 

Él sí entra así como así en Mordor
Él sí entra así como así en Mordor

 

Paso número dos: degradación de la apariencia. Para ello tratará de descender por colinas afiladas a toda ostia, o bien introducirse en un zarzal, o bien probar a caer en unas arenas movedizas por el morbo que le produce el hecho de escapar (y una mierda, tú quieres pringarte), y si no ha sido factible ninguna de estas técnicas, para qué disimular tu pasión por la mugre... coje un buen puñado de barro y enbadúrnate sin más como buen porcino, simplemente dí que es bueno para que no te piquen los mosquitos. 

Paso número tres: Cortar bien de árboles. Para lo que sea, no importa, cualquier razón es buena para deforestar. ¿Un río con puente colgante? Uy, quita, no vaya a ser que se rompa y te mojes, mejor construye una patética barcaza con valiosas y casi extintas maderas amazónicas, que seguro que no te entra dentro ni una gota. ¿Un pequeño lago fácil de rodear/vadear?... Como dar rodeos es para mariquitas y negros y en Texas ejecutamos a los retrasados, tú te construyes una balsa con tal cantidad de madera que ni siquiera flote, y con dos cojones dices que "has fracasado" y te ves obligado a hacer noche en esta orilla (excusa para esperar hasta que llegue la flota de motoras de última generación para trasladar a todo tu equipo). Un regato... A la mierda, tú te construyes una escalera, que mola que te cagas, y con dos cojones la tiras para que caiga en la orilla y se rompa, no vaya a ser que la madera talada al final sea de utilidad.

 

Paso número cuatro: búsqueda de alimento. Como no te caben barritas energéticas en los bolsillos, y hace dos horas que te has puesto las botas en el desayuno de tu super hotel de cinco estrellas, necesitas proteínas. Simpre necesitas proteínas. Nunca tienes suficientes proteínas. Consume todas las proteínas que puedas.

"Vive en el agua, fresca y clara..."
"Vive en el agua, fresca y clara..."

Para ello la solución que Bear Grylls nos da es sencilla: comer cualquier cosa. Cualquier cosa tiene proteínas. Cualquier cosa es buena para llevarse a la boca. Cualquier cosa incluye: peces, conejos, prao, serpientes, gusanos, arañas, cortezas de árbol, sus zapatillas, tú, yo, una roca, The Rock, musgo, cebras, caca, caca de elefante, caca de oso, caca tuya, los nazgul, el rebelde que merecía más, cocodrilos, bonsais, pis, los apuntes de prehistoria, el IRPF, pájaros, Mickey Mouse, cocos, a Edu, a cualquier androide astromecánico, larvas, mapuches... pero sobre todo, emos.

 

Solo hay un ser que esta masa devoradora no ha osado pasarse por el diente: el omnipotente guanaco. Pero tal vez el día no esté my lejano pues tanto consumo de materia viva está convirtiendo a Bear Grylls en  una hiperproteinizada máquina de engullir y no sabemos de que será capaz de aquí a pocos meses (si no se ha muerto ya de un cólico, no se morirá nunca)

 

Y si ya has comido suficiente carne cruda como para saciar a Animal, y te sigues encontrando con grandiosas criaturas como serpientes pitón, o caimanes... (drogados e insertados en el medio natural por tu equipo), no te cruces de brazos. Siempre puedes acabar con su triste vida apaleándolos y lapidándolos, simplemente por el hecho de que es BRUTAL, y guardar unas rodajitas para la merienda. También puedes abrir en canal a un camello, meterte dentro y beberte sus fluidos, si quieres sentirte como Han Solo en Hoth... ¿Quién se va a quejar, ellos?

Paso cinco: después de destruir el medio natural y el equilibrio ambiental de cada zona visitada, es hora de salir por patas antes de que venga Green Peace (o en su defecto Planet Piss) y te haga un sumarísimo owned colgándote de tus ya legendarios calzones en lo alto de un banano.

 

¿Sabías que...

 

... se comió la nariz de Michael Jackson?


... siempre va pasado de vueltas como Rockso?


... que la hambruna por fumar crack le ayuda en sus viajes?

 

... si ves un cerdo... puedes... puedes comértelo?


... si tu suegra te toca los bemoles, te la comes?

 

... si la $G43 no te deja respirar, te la comes?

 

... si te hacen una "oferta de trabajo", se la comes?